Diferencias entre el Pie Plano y el Pie Cavo, y cómo abordar cada uno

El cuidado de nuestros pies es esencial para mantener una buena salud general. Existen dos condiciones comunes que afectan la estructura de los pies son el pie plano y el pie cavo. En este artículo, exploraremos las diferencias entre estas dos condiciones y proporcionaremos consejos prácticos sobre cómo manejarlas para asegurar una vida activa y sin molestias.

¿Qué es el Pie Plano?

El pie plano es una dolencia común en la cual los arcos del interior del pie llegan a aplanarse cuando se ejerce una presión sobre ellos. A las personas que padecen está afección, cuando se ponen de pie, este se orienta hacia fuera produciendo que toda la planta del pie caída y toque el suelo. Es normal en bebés y niños hasta los 2 o 3 años que los tejidos empiezan a tensarse y forman un arco.

Esto suele pasar cuando los arcos no llegan a desarrollarse durante la niñez, aunque puede tener lugar más adelante tras una lesión o por el desgaste natural de la edad. Aunque en la mayoría de las personas el arco se desarrolla en la etapa de la infancia, en algunas personas no se llega a desarrollar nunca. Es posible que algunos niños tengan el pie plano flexible, esto quiere decir que cuando el niño se sienta o en puntas cuando está de pie se puede observar el arco, mientras que si el niño está de pie el arco desaparece.

En la etapa adulta, cuando sufren alguna lesión o con el paso del tiempo, el tendón de la parte interna del tobillo que ayuda a sostener el arco puede llegar a debilitarse o desgastarse y a medida que su gravedad aumenta puede causar artritis en el pie.

¿Qué es el Pie Cavo?

Al contrario que el pie plano, el pie cavo tiene el arco más pronunciado. Estas personas apoyan el peso en el talón y el metatarso sin realizar el apoyo en la parte media y externa del pie. Suelen tender a tener problemas de durezas en las zonas de presión, en las uñas y falanges por el engarramiento de los dedos, y musculares como fascitis plantar o acortamiento de gemelos y sóleo.

Si los problemas por pie cavo son musculares, tienen que ver con el hecho de tener el plano del talón más elevado que el de los dedos, produciendo que los gemelos y el sóleo estén continuamente en contracción y nos provoquen dolores musculares.

Síntomas y Evaluación Médica

Los síntomas que pueden sufrir las personas con el pie plano o cavo son los siguientes.

Síntomas del pie cavo:

• Arco plantar muy alto y pronunciado.
• Los dedos del pie adoptan una postura en garra.
• Las lesiones como el esguince de tobillo son frecuentes por si inestabilidad.
• Dolor en la planta, dorso del pie talón y metatarso.
• Metatarso no tiene contacto con el suelo al marchar o apoyar.
• Cayos en los dedos que rozan con el calzado.

Síntomas del pie plano:

• Aplanamiento del arco con el apoyo del peso corporal.
• Dolor en la parte inferior de la pierna, caderas y lumbares.
• Desgaste en el borde interior de la suela del zapato.

En las evaluaciones médicas, si se tiene el pie plano, el médico te pedirá que separes los dedos de los pies. Si al hacerlo se forma un arco se diagnostica pie plano flexible y no se necesitan más exámenes. Por el contrario, si el arco no se forma o hay dolor (llamado pie plano rígido), se realiza una tomografía computarizada para examinar los huesos en el pie, una resonancia magnética para examinar los tendones en el pie o una radiografía del pie en busca de una posible artritis.

El hecho de tener una pisada incorrecta hace que no se aproveche la energía y se fuercen las estructuras del pie. Si realizamos un estudio y llevamos un correcto tratamiento a tiempo podemos llegar a eliminar el problema o minimizarlo. Por esto se recomienda realizar un Estudio de Pisada, una prueba que analiza en profundidad el tipo de pisada que ejercemos con los pies, para diagnosticar el tratamiento adecuado.

Consejos Prácticos para el Manejo de Pie Plano

Tener en cuenta algunas recomendaciones y consejos para cuidar nuestros pies, en especial para el manejo y tratamiento de Pie Plano o de Pie Cavo, te damos a conocer una serie de sugerencias y tratamientos que podemos seguir para facilitarnos el día a día. En cuanto a los niños, si tienen pie plano no necesitan un tratamiento específico si no les causa dolor o problemas al caminar, ya que seguirán creciendo y desarrollándose. El niño puede caminar descalzo, correr, saltar o realizar actividades sin empeorar los pies planos.

Lo mismo pasa con los pies planos flexibles si no causan ningún dolor ni problemas al caminar. Por el contrario, si se padece de algún dolor, puede ayudar utilizar un soporte con arco para el zapato, zapatos especiales, visitar un fisioterapeuta o realizar estiramientos de las pantorrillas.

En el caso de los pies rígidos o dolorosos es necesaria la evaluación de un especialista ya que el tratamiento que se realice depende de la causa. Si nos encontramos ante una coalición tarsiana, el tratamiento principal suele ser reposo y si es necesario colocar una férula de yeso.

Para los casos más graves, es necesaria cirugía cuando hay que limpiar o reparar el tendón, trasladar un tendón para restaurar el arco o fusionar algunas de las articulaciones del pie en una posición corregida. Y para los adultos mayores se pueden recetar analgésicos, dispositivos ortopédicos y cirugía si es necesario.

Padezcamos de pie plano o pie cavo, un fisioterapeuta puede ayudarnos a reducir el dolor con terapia manual. En los casos de pie plano, este nos puede ayudar a desinflamar y reducir la tensión que recae sobre el tibial posterior, para disminuir el dolor y potenciar la musculatura posteriormente permitiendo sostener la elevación del arco mediante plantillas. En los casos de pie cavo, nos ayudará a relajar y dar más flexibilidad a la estructura llegando a disminuir el dolor y a evitar roturas fibriales.

Podemos lograr mejorar dichas deformidades de la siguiente manera:

• Mejora la movilidad y flexibilidad de los pies tras haber hecho ejercicios.
• Evita lesiones en la piel controlando y manejando adecuadamente la presencia de callosidades.
• Incluye rutinas de estiramiento muscular, automasajes y ejercicios de fortalecimiento para el miembro inferior.
• Utiliza plantillas correctivas o plantillas que disminuyan el arco según te indique tu médico.
• Utiliza un calzado cómodo y adecuado según tu caso.
• Opta por el tratamiento quirúrgico como última opción.

Enfoque en la Prevención

En la mayoría de los casos el pie plano no se puede prevenir, aunque utilizar zapatos con un buen soporte puede ayudar. En los adultos con factores de riesgo de desarrollo de pie plano se puede ayudar a prevenir si se llegan a detectar a tiempo, mientras que en los niños si instauramos un tratamiento temprano, podemos ayudar a que el arco se desarrolle lo más normal posible.

Además de esto, podemos realizar ejercicios como caminar de puntillas, andar descalzo por terreno irregular o por la playa y coger objetos con los dedos de los pies para mejorar el desarrollo de los pies. Estos hábitos pueden mejorar la formación del arco, previniendo la formación del pie plano, aunque en la mayoría de los casos, esta alteración suele ser hereditaria.

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Entender las diferencias entre el pie plano y el pie cavo es fundamental para abordar adecuadamente estas condiciones. Con un diagnóstico preciso y la implementación de estrategias específicas, es posible manejar y mejorar la calidad de vida de aquellos afectados por estas afecciones. La clave está en la educación, la prevención y el cuidado continuo de nuestros pies para mantenernos activos y saludables.

En la Unidad de Podología de Valenclinic, dirigido por el Doctora Raquel Goterris, somos especialistas en tratamientos de enfermedades y alteraciones del pie y tobillo, enfermedades óseas, partes blandas, afecciones en las uñas y cirugía en pie y tobillo.

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