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22 de agosto de 2017El verano es, para muchos, el mejor período del año. Sin embargo, el calor propio de esta época supone también un tiempo delicado para los pies. La combinación de ambiente cálido, el distinto tipo de calzado que usamos y los frecuentes chapuzones en piscina y mar hacen que nuestros pies sufran. Además, la ausencia de calcetines o medias que protegen los pies también pasa factura.
Hoy vamos a hablar de hongos: Los hongos pueden producirse en cualquier parte del cuerpo siendo una de las zonas más habituales los pies. Y es que los pies, como cualquier otra parte del cuerpo, necesitan un cuidado especial para mantenerlos saludables y evitar la aparición de problemas.
Podemos diferenciar varios tipos de hongos, destacando el denominado “pie de atleta” y la “onicomicosis” (hongos en las uñas). Los dos son producidos por parásitos denominados “dermatofitos” que suelen encontrarse en lugares públicos con alta humedad o calor como las piscinas o duchas públicas.
¿Cómo saber si tengo hongos en los pies?
El hongo “pie de atleta” lo identificamos por la aparición de hongos entre los dedos de los pies o la planta. Los síntomas son los siguientes:
– Picor, escozor o ardor entre los dedos de los pies o en la planta.
– Inflamación de la piel y rojez.
– Piel seca o agrietada con descamación e incluso sangrado.
– En casos más graves hay ampollas que pueden supurar.
– Olor fuerte y desagradable.
Por su parte, la “onicomicosis”, la aparición de hongos en las uñas es la enfermedad más común pero también la más difícil de curar. Advierte si notas estos síntomas:
– Las uñas cambian de color hacia un tono más amarillo que irá oscureciéndose hasta convertirse en negro si no se tratan y eliminan.
– Las uñas muestran una apariencia carcomida, picada y desgastada.
Factores que aumentan la posibilidad de tener hongos
Hay personas que tienen más probabilidades de desarrollar hongos en los pies como son:
– Aquellos que llevan calzado que les cubre totalmente el pie.
– Aquellos cuya piel produce menos ácido graso.
– Aquellos que llevan el mismo par de calcetines o calzado durante muchos días.
– Aquellas personas que sufren algún tipo de inmunodeficiencia.
– Aquellas personas con mala circulación de la sangre.
– Aquellos que sudan en exceso.
– Aquellos que están más expuestos a las esporas bien sea en el hogar o fuera de ella.
Si notas cualquier síntoma, no dudes en acudir al médico para iniciar un tratamiento de cura. Y es que si los hongos no se tratan y eliminan adecuadamente, pueden agravarse, derivar en más hongos e incluso extenderse a otras partes del cuerpo.